El relacionamiento con actores públicos también es un proceso creativo
- Paola Herrera
- 15 feb 2023
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 1 may 2023

“Necesitamos ser experimentales. Mezclaremos géneros, cruzaremos límites”
Freddie Mercury en la película Bohemian Rhapsody
Muy pocas veces —y me atrevería a decir, prácticamente nunca— quienes nos dedicamos a los asuntos públicos, asociamos o concebimos nuestro trabajo como un proceso creativo.
Por el contrario, tendemos a enfocarnos mucho más en construir una metodología que sistematice buena parte nuestro trabajo y desdeñamos a la creatividad como algo poco útil, o en el peor de los casos, ni siquiera es una categoría que nos atrevamos a considerar seriamente.
¿Qué pasaría si por un momento, abrazáramos la idea de que nuestro trabajo también implica un proceso creativo? ¿Nos abriríamos a nuevas formas de abordar los problemas a los que nos enfrentamos en nuestra relación con actores públicos?
Y no estoy diciendo que las metodologías que nos vienen de las ciencias sociales no sean útiles, más bien me refiero a que no deberíamos descartar o negar la parte más creativa de nuestro trabajo, y en cambio, sacarle más provecho.
El valor que tienen los procesos creativos es que nos ayudan a hacernos preguntas que no nos hemos hecho; a observar un asunto desde una perspectiva inusual; nos permite experimentar con abordajes diferentes un problema repetitivo; son útiles cuando nos enfrentamos a ideologías contrapuestas e incluso para casos en los que las reglas cambian.
Los expertos en procesos creativos, músicos, escritores, pintores, cineastas, guionistas, nos llevan la delantera, y bien podríamos tomar de ese camino recorrido elementos que estimulen nuestra creatividad.
Hay tantos procesos creativos como personas en el mundo ¿Qué pasaría si aplicáramos algo del proceso creativo de Freddie Mercury y Queen? Particularmente el caso de la canción “We Will Rock You”, donde la participación activa del público fue considerada desde la concepción de la misma, con resultados extraordinarios en su ejecución en vivo.
Preguntas para llevarnos en nuestro quehacer cotidiano:
En nuestro trabajo con actores públicos ¿le damos espacio suficiente a nuestra contraparte para que se sienta una parte activa y no pasiva, de aquello que estemos proponiendo? Desde que empezamos a generar un proyecto, un diseño, una iniciativa, una estrategia, ¿le damos la suficiente relevancia a ese elemento? ¿o caemos más frecuentemente en empujar a nuestro público a la pasividad?
Comments